Psicotragedia
Prende su cigarrillo. Siempre lo hacía a la mañana, al andar por las calles de la gran Nueva York, Michael Miller, era un hombre que parecía seguro de sí mismo, pero dentro de él, algo estaba por explotar.
La ciudad siempre solía estar en su máxima auge, por eso iba vestido con una chaqueta de cuero larga marrón, eso le daba seguridad; también llevaba gafas de sol negras, de vez en cuándo el sol se ponía fuerte y no podía ver con claridad en su camino. Su destino de hoy era hacia un edificio de servicios sociales. Él iba camino hacia su psicóloga, Mary Woods, que estaba en una de las salas del edificio. Su puerta de entrada decía "MW", era bastante conocida, Michael tenía buenas expectativas. El lugar de encuentro era pacífico, minimalista, eso le encantaba, sobre todo las plantas que se encontraban alrededor del espacio.
Michael sufría de ansiedad, tenía cierta depresión y solía tener ataques de pánico. Su principal problema era afrontar conflictos, cuando tenía problemas en sus relaciones personales, perdía la cabeza, muchas emociones al mismo tiempo. En su infancia, no pasó muy bien, sus padres no eran los que estaban en casa mucho, el trabajo les impidía compartir tiempo con su hijo. El resultado fue el miedo a estar solo, cualquier problema significaba volver al abismo, así fue durante toda su vida. A pesar de eso, Michael aprendió a ser independiente, aunque la idea de enfrentar la vida en solitario, le daba algo. El problema eran las emociones, cada vez eran más fuertes, y era difícil mantener la cordura en su vida, sobre todo en el ámbito laboral, ahora mismo estaba sin empleo.
Llega al lugar, abre la puerta, ahí estaba, la licenciada Mary, con sus lentes intelectuales.
- Hola Michael, cómo estás?
- Hola licenciada, me encuentro bien...
- Cómo ha estado tu semana?
- Nada nuevo, la verdad. Aún manejando la ansiedad con la gente, verás, esto me está siendo más complicado de lo que pensaba.
- Detalla más.
Se toma su tiempo para expresarse.
- Pues, este mes manejé mejor la ansiedad, traté de enfocarme más en salir de mi mente, claro. Para lograr eso, decidí buscar una actividad que me mantuviera distraído, así que empecé a hacer arte, con pintura. La verdad, me gusta bastante, siento que puedo expresar mis emociones de forma no negativa. En fin, eso me ayudó a tratar mejor con la gente.
- Comprendo. Una actividad en soledad, me parece genial.
- Sí.
Michael saca una pequeña sonrisa.
- Y sobre los posibles conflictos, es algo que ocurrirá, no esperes que no pase. Los conflictos son necesarios en la vida Michael, te guían hacia las personas que te aceptarán por lo que eres, no es así?
- Estoy de acuerdo, lo tomaré en cuenta.
Se produce una pausa silenciosa.
- Michael, sigues con los sueños?
Michael se le queda mirando fijamente.
- Sí, aún siguen.
Ella también lo mira, cómo preocupada por el fenómeno que ya lleva sucediendo por semanas.
- Qué soñaste?
- Otra vez lo mismo, pero esta vez pasaron cosas nuevas.
- Qué pasó?- dice ella en un tono más bajo.
Primer sueño de Michael
Michael estaba durmiendo, después de un tiempo empieza a sentirse incómodo por su cara, como si hubiera algo haciendo presión, eso le hace despertar. Ya medio parado-sentado en su cama, pensó en la clásica, "alguien me está mirando", se levanta con un poco de miedo, por ese pensamiento. Al salir de su pieza, mira por el pasillo, en estado de alerta, él sabía que era estúpido hacer eso, pero tiene miedo. Al ir al baño que estaba un poco cerca, mira la puerta de su cuarto.
1 minuto después de mear
Sale del baño y... , ve la puerta abierta de su cuarto, y lo que ve entre el espacio abierto le hace helar la sangre, era una especia de cosa extraña, su cabeza era como la de un marciano, tenía los ojos blancos, pero lo PEOR de todo, era que tenía una enorme sonrisa. Toda su tranquilidad había dejado de existir, le apretaba el pecho, juraba que le daba un infarto. Se quedó bloqueado y poco tiempo después, se desmayó. Durante la caída pudo ver unos segundos que "eso", sus ojos le seguían, y hasta el último segundo de consciencia, Michael gritaba por dentro.
El sueño termina ahí, despierta y pasa algo parecido a cómo empezó el sueño, solo que esta vez le latía el corazón a mil por hora, no durmió toda la noche.
Segundo sueño de Michael
Michael vuelve a despertar de su estado de incomodidad, se levanta y su miedo es peor que la vez anterior, se queda como 5 minutos pensando si mover cada parte de su cuerpo, estuvo así 30 minutos, su cabeza estaba por explotar, pero al final sale del cuarto y va el baño, para protegerse. Él sabe que la criatura puede estar ahí. No sabe qué hacer, no está para perder la cabeza otra vez, así que sale.
Acto seguido, se cae hacia el abismo, el piso del pasillo desaparece y todo se queda en negro.
Michael despierta en la vida real. El corazón, parecía una locomotora.
- Bastante interesante, Michael.
- Sabría el significado de mi nuevo sueño?
- Pues, es curioso, ya que el sueño empezó de la misma manera, pero con un final diferente.
- Crees que me quieran decir algo?
- Los sueños siempre son representaciones de recuerdos del pasado, o algo en nuestra mente que está emocionalmente reprimido.
- Cómo explicarías lo de la cosa con ojos blancos, un miedo de mi infancia, algo que no superé? Cómo explicarías una caída hacia la nada, hacia la oscuridad?
- Debe haber alguna relación. Cuáles son tus miedos, Michael?
- La soledad, enfrentar a personas, me pone mal.
- Sabes cómo empezó eso?
-Todo empezó con mis padres, ciertamente.
- Sí, tus padres.
- Ambos trabajaban arduamente todos los días, solo los veía un poco por la noche. Creo que afectó nuestra relación en el futuro, no suelo hablar mucho con ellos. Me acabo de mudar hace 6 meses en la ciudad, me desearon suerte para la vida y de vez en cuando solemos enviarnos mensajes.
- Algunas vez has hablado con ellos sobre los problemas que tienes?
- No, pensándolo bien.
- Creo que deberías enfocarte en eso.
- Sí.
- Recuerdas algo más Michael?
Se queda pensando.
- Algo, como que mamá se quejaba a papá de algo, le ponía furiosa, a veces.
- Qué le molestaba?
- Papá hacía algo que no era bueno para nosotros, nunca me dijo qué era, tampoco me importaba. Después de un tiempo, dejaron de discutir.
- También hablarás de eso.
- Ok.
La sesión termina después de un tiempo.
Michael vuelve a su apartamento, prende su móvil, y le envía un mensaje a su madre.
Hola ma, ya te extrañaba.
No te escribo para saber cómo estas? Bueno, en parte sí, pero...
Me gustaría que nos viéramos algún día, tengo cosas de qué hablar.
Pulsa Enviar.
- Vaya- suspira.
Decide jugar a su consola.
Se le pasa la hora, y realmente no hay mucho que hacer. Está oscuro, y se plantea cenar. Va hacia la heladera y se prepara un sándwich, no tiene mucha hambre la verdad.
Exhausto por el día de hoy, aunque no sabe por qué, si no ha hecho nada más que ir a una sesión de psicólogo, decide dormir para terminar el día. En cama, intentando cerrar los ojos teme que los sueños vuelvan, inmediatamente vuelve a abrirlos para asegurar que esa maldita "cosa" no estuviera mirándole frente a su cara mientras estaba acostado. Se imagina esa sonrisa, absorbiéndole hasta la última gota de su alma.
Pero al final, se logra dormir.
Tercer sueño de Michael, la puerta secreta
Despierta de la misma manera que los sueños anteriores, esta vez se levanta con todas sus fuerzas de la cama, y decide ir al baño con pasos lentos.
Se acuerda de su última caída, hacia la nada. Hasta cierto punto, intenta mirar hacia el punto exacto dondé se cayó. Mira y solo ve el piso, no hay nada.
Da un paso con cautela, como tratando de esquivar una mina, al tocar el piso, PAM, el mundo empieza a temblar fuertemente. El pasillo se achica poco a poco, como tratando de atrapar a Michael, se contrae en forma de secuencia, rápidamente, mientras tanto él se tambalea en la oscuridad.
Al final, pierde el equilibrio y se cae nuevo al abismo, ahora de espalda. Hacia arriba, ve unos ojos amarillos, no era la criatura de su cuarto.
- Ya me llegó la hora- cierra sus ojos.
Como si estuviera durmiendo en su propio sueño, siente que se despierta y la superficie le roza la piel de nuevo. No ve nada, pura oscuridad, y eso que en el pasillo las luces estaban apagadas, ahora él era la nada. Pero se gira, y puede ver una puerta, que tiene unas letras que brillan con una luz blanca tenue.
"MM".
Lo curioso es que la segunda M parece una especie de W invertida.
Se le viene a la cabeza, no puede ser posible...
Mary Woods, o ahora era Michael Miller, era la entrada al despacho. Qúe tenía que ver su psicóloga? No lo pensó a través de un sueño. Simplemente se acercó, poco a poco, mientras tanto la puerta se abría sola, y al otro lado emitía una luz tan brillante que eliminaría toda la oscuridad del abismo si se abría completamente.
Ahí estaba ella, leyendo un libro, su título era " Un paseo por tu cabeza, cómo enfrentar tus emociones".
- Licenciada Mary.
- Hola Michael, cómo te ha ido en la última semana?
- Pues, como me dijiste, hablé con mi madre, bueno le envié un mensaje, no me respondió todavía.
- Ya veo, sientáte, hablemos en profundidad.
- Sabe algo especial?
- No, pero tu sueño sí.
Mary Woods se quita los lentes. En un instante, sus ojos empiezan a expulsar fuego como si fuera una fogata. Hay que destacar, que la psicóloga Mary, empezó a derretirse como una vela.
Pobre Michael, su pesadilla solo acababa de empezar.
En la siguiente sesión, una semana después.
- Hola licenciada.
- Hola, Michael, cómo estás?
- Creo que voy a perder la cabeza.
Fin de la primera parte.
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